Durante todo el fin de semana, un trenecito turístico, el mismo que hace apenas unos días acompañaba la cabalgata de los Reyes Magos, recorre las calles de las distintas barriadas de la capital del Baix Llobregat, con grandes carteles verdes anunciando la “futura república de los ciudadanos” y animando a los más pequeños a subirse, a la vez que invitándolos a “chocolate, actividades infantiles, cine y palomitas” durante la mañana del domingo en la plaza más céntrica del municipio.
Si bien la publicidad del llamativo vehículo no aclaraba del todo su cometido, la invitación a los niños como principales sujetos a los que adoctrinar se hizo más que evidente, cuando este domingo aparece la céntrica plaza que publicitaba el trenecito, literalmente “okupada” por todo un mercadillo de las ANC, con su amarillo 'azufre' como escenario principal y toda una hilera de carpas adoctrinadoras y grandes pancartas colgadas de las farolas, así como varias personas repartiendo panfletos que, en la misma línea de las carpas recuerdan miserablemente a los ciudadanos las maldades de España contra los sufridos catalanes.
Carteles por toda la ciudad, con la imagen de un pequeño en brazos de sus padres, anunciando “Chocolate para los niños, actividades infantiles y una gran carpa azul, que los menores aún recuerdan hace apenas unos días en el campamento del paje de los Reyes magos, ofreciendo cine y palomitas” dirigiendo una campaña política más, justamente a los más pequeños de la casa. Así de miserables comienzan una vez más las ANC, en este caso por la capital del Baix Llobregat, una nueva campaña del brutal adoctrinamiento que empezaron hace unos años, cuando la maquinaria del separatismo con todos sus resortes de poder, decidió convertir Cataluña en el gran guetto del nacionalismo estelado, que no respeta ni a los más pequeños y conseguir que tantos catalanes sintamos cada vez más repulsión de pertenecer a esta tierra enfanatizada y corrompida por esta cuadrilla de miserables que no se dan por vencidos en su cometido de confrontación, división y odio, sembrando su semilla justamente en ese sector tan vulnerable, pero tan poderosos en cuanto a su cacareada proyección de futuro, un futuro estelado que año tras año anuncian como definitivo e inminente, pero del que al final solo queda el mal sabor de boca de tanta charlatanería miserable, adoctrinando desde hace años por todos los rincones de esta Cataluña en cuarentena.
A. Hidalgo - 15/01/2016
