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Debatir con separatistas, afines y allegados, se convierte no pocas veces en un inútil y agotador intento de cubrir de agua de razones toda la arena de la playa permeable a la frescura líquida de cuanto se les expone, pero absolutamente cegada por el sol de rayos adoctrinadores que lanzan una y otra vez las cansinas frases de su mantra.

¡ES QUE NO NOS DEJAN VOTAR! Protestan y yo trato de recordar cuando el “govern” de los separatistas nos dejó votar para eliminar la bandera de España de los edificios públicos, para excluir la lengua española de toda oficialidad e incluso de su carácter vehicular en las escuelas de nuestros hijos, reduciendo su enseñanza a menos horas incluso que la lengua extranjera. ¿Cuando hemos votado para que nos llenen todos los rincones de Cataluña de trapos estelados, consignas de odio contra España y lacitos o plásticos a amarillos por todas parte? Por que yo no recuerdo haber votado nada de eso. Mientras, en cambio, sí recuerdo las “consultas” separatistas del 2009 pueblo a pueblo y puerta a puerta en las que no lograron rebasar en número de votos los cuatro gatos que siempre fueron, iniciando así la hostigadora campaña de adoctrinamiento que permanece en la actualidad, tras la chirigota ilegal del 9N del año 2014, la charlotada pleviscitaria del 2015 y el golpe a la democracia del pasado 1 de octubre de 2017 y aún quieren seguir votando.

¡ES QUE MALTRATAN NUESTRO IDIOMA!Te dicen los que rechazan la lengua común de todos, los que la excluyen de toda oficialidad, nomenclatura, acto público o documento escrito en este rincón de España que sigue siendo Cataluña y donde la lengua española, también sigue siendo la nuestra, a pesar de su desprecio.

¡ES QUE ESPAÑA NOS ROBA! Sentencian los que durante más de dos décadas han sido literalmente expoliados por la mafia de los Pujol en una Cataluña donde los sueldos de nuestros políticos son los más elevados de todos, con la televisión autonómica más cara y un interminable etcétera de peajes que debemos pagar los catalanes al “govern” y municipios por ser ciudadanos de este rincón de esta España que nosotros mismos somos.

¡ES QUE SOMOS MAYORÍA! Presumen los que hasta el año 2009 no pasaban de ser cuatro gatos, crecidos ahora por la fuerza de la propaganda masiva y adoctrinadora a la que se viene sometiendo desde entonces a la población y ni aún así lograr mayoría alguna sino es con la más esperpéntica suma de las más dispares y disparatadas ideologías políticas.

¡ES QUE QUEREMOS ADMINISTRAR NUESTRO DINERO! Te dicen tantos ingenuos que jamás han administrado, ni administrarán un solo céntimo de sus impuestos, algo que siempre corresponderá a los poderes que le gobiernen desde Moncloa, desde el Parlament o desde su propia república bananera, amnésicos de las mafias con barretina y estelada que les han venido gobernando, administrando y expoliando durante las últimas décadas.

¡ES QUE TENEMOS PRESOS POLÍTICOS! Se quejan al referirse a los máximos responsables de la fuga desenfrenada de empresas, de la grave confrontación y división social en la que han sumido una Cataluña impregnada en odio a la que azuzaron a los hechos golpistas del 1 de octubre de 2017, que tan graves consecuencias pudo tener y que terminaron con sus huesos en la cárcel, después de que su máximo jefe y parte de la cuadrilla se dieran a tan cobarde fuga.

¡ES QUE NO NOS RESPETAN! Aseguran los que pisotean a la mitad de los catalanes, nos señalan, nos desprecian y nos imponen sus símbolos por todas partes, negándonos nuestro derecho a seguir siendo lo que siempre fuimos y seremos, catalanes y por lo tanto dignamente españoles. Lamentables lamentos que habrán de convertirse sin duda, en lágrimas y rechinar de dientes.

 

A. Hidalgo - Octubre 2018

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