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Estoy harto.


Harto de tanto miserable que te insulta o amenaza en las redes por el mero hecho de tener y expresar una opinión diferente a la suya. 


Harto de un separatismo totalitario que no admite discrepancia alguna.


Harto de un monolingüismo que considera mi primer idioma y por lo tanto a mi mismo, como ciudadano impropio en mi propia tierra.


Harto del acoso de propaganda oportunista de bulos y mentiras que ha generado seudoseparatistas suficientes para sentirse grandes y poderosos despreciando con ello a la mitad de los catalanes.


Harto de las mentiras de referéndums, consultas o chirigotas varias encamidas exclusivamente a validar su cruzada de odio y rechazo a la España que todos somos, lo quieran algunos o no.


Harto de los que han envenenado Cataluña, arruinado su economía, ahuyentado su capital, avergonzado a la sociedad ante el mundo y divido en dos a los ciudadanos.


Harto de amenazas de ruptura, de repúblicas de ciencia ficción y de líderes cobardes que se dan a la fuga después de engañar a su electorado con su cínica broma del “País de Nunca Jamás”.


Harto de los sucesivos gobiernos de España a los que solo les preocupa tener contentos a los nacionalismos a cualquier precio y sin cortarles nunca las alas, no se vayan a enfadar.


Hartos de que se nos quiera consultar sobre la ruptura de España, pero no sobre la conveniencia o no de seguir manteniendo la ruina de las Comunidades Autónomas.


Hartos de la inexistencia de partidos valientes que cuestionen las autonomías, devuelvan un bilingüismo real a la educación, a los medios informativos catalanes y a todas las instituciones, sin atajos, ni titubeos.


Hartos de no tener a nadie que nos represente con arrojo y determinación a quienes por hacerlo nosotros mismos tenemos que seguir aguantando insultos, amenazas y desprecio, desde el anonimato de las redes hasta en la propia mesa del comedor de casa.


Harto de tener que vivir permanente reivindicando y justificando mi derecho a ser quien soy en mi propia tierra, con mis banderas, mi idioma y mi libertad.

 

A. Hidalgo - 18/01/2019

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