Muchas son las evidencias que me llevan a pensar que la Dama de Elche tiene ciertos paralelismos con el arte sumerio, las joyas que la adornan, el tocado de los adornos de las orejas (podría representar los rayos del sol con 32 de ellos, el Sol de Vergina Macedonio de la antigua Grecia tenía 16 y 8 el sol o estrella de Tartesos; también existía la estrella ibera de 6 puntas). La relación numérica de 4. 8,16,32,64 es una constante tanto pagana como religiosa de muchas y diferentes culturas a lo largo de la humanidad, la cultura Ching contempla en sus patrones del I Ching esos 64 códigos.
La figura de 56 cm de alta parece ser una urna funeraria de origen ibero (siglos V o VI aC.) donde se depositaban las cenizas de difuntos. ¿Estamos pues ante la representación o creencia de donde creían los iberos que iban a parar las almas de éstos...?, recordemos que los iberos manifestaban sus cultos a su máxima deidad Baelisto, el cual representaban en dos colores rojo y amarillo;el uno para representar la brillantez y esplendor de éste (amarillo), el el otro para representar el fulgor o calor de la deidad (rojo). La figura parece que contenía en su estado primario buena parte de esos dos colores tanto en la túnica (roja) como en los adornos y joyas que portaba (amarillo oro). ¿Es pues además de lo descrito anteriormente otra de las coincidencias con los reyes y deidades sumerias?. Además la figura en su tocado o peinado en el cráneo parece que tienen la mismas características que algunas diosas y reinas egipcias (Akenatón y Nefertiti), así como los dioses Isis y Osiris. En el mito de Isis y Osiris se encierra la esencia de la religión y la espiritualidad de los antiguos egipcios. La historia se inscribe en una compleja cosmogonía con la que los egipcios trataban de explicar el origen del universo. Así, Isis y Osiris eran hijos del dios de la tierra y la diosa del cielo, Geb y Nut respectivamente, que a su vez descendían de otra pareja divina, Shu y Tefnut, creados por el dios primordial del universo, Atum. Isis y Osiris formaban una pareja, y tenían otros dos hermanos también casados, Set y Neftis. Además las deidades sumerias como la femenina Nin Puabi identificada por un sello cilíndrico adosado a su cuerpo. Zecharia Sitching, señala que “Nin” sugiere más que mera realeza que ella era realmente una diosa o al menos de linea directa con los Anunnaki por parte de su madre y los Nefelim (dioses de cráneo alargado). En otras palabras Zecharia apunta en su libro “Hubo gigantes en la tierra” que Nin era una de los Anunnaki que nunca abandonaron la tierra y que sus restos fueron depositados en el museo de Historia Natural de Londres en marzo de 2010 (junto con el resto de excavaciones de Leonard Woolley desde la ciudad de Ur en Mesopotamia donde hicieron varios hallazgos entre ellos los de Nin ).
Si nos centramos en la figura Ibera de la Dama veremos que existen ciertos patrones similares a todas esas deidades de lo más antiguo de las civilizaciones (incluso los ojos rasgados) como las egipcia y sumeria, y es que podrían haber coincidido creencias o historias, leyendas, venidas desde oriente a través del antiguo pueblo de Tartessos y más tarde asimiladas por los Iberos en la península que da su nombre.
Nos centraremos en el siguiente estudio realizado por un experto de dicha figura:
“La Dama de Elche, como escultura de un busto humano, debe ceñirse, en cierta medida, a los cánones anatómicos. Sin embargo, de todos es sabido que la estatuaria ibérica está lejos de parecerse, por ejemplo, al canon clásico. Es por ello por lo que intentaré trazar una forma básica inicial para que la comprensión del volumen que ocupa en el espacio sea mejor.La forma general se aproxima, con algunas reservas, a la del triángulo. Si la miramos de frente lo primero que percibimos es cómo, partiendo de una base ancha, el perfil se reduce al llegar a los hombros, volviendo a reducirse hasta los rodetes y, por último, cerrándose en la parte alta de la cabeza; al observarla se intuye una forma de triángulo isósceles, cuya base es el lado más corto.Si miramos la Dama por uno de sus laterales, el efecto triangular es más acusado. En este caso y también partiendo de la base ancha, podríamos trazar una línea vertical por su espalda y una oblicua siguiendo la inclinación del pecho hasta que ambas se encuentren sobre la parte alta de su cabeza. Ahora el triángulo que aparece es rectángulo, en el cual se halla el cateto menor en la base, el cateto mayor, en la espalda y la hipotenusa, sobre el pecho.Si pudiésemos verla desde arriba la figura que ahora intuiremos se aproximaría más a un trapecio, pues a pesar de tener la base un perfil prácticamente elíptico, la zona del pecho no es tan ancha como la de la espalda. Dicho trapecio tendría su base menor en el pecho y su base mayor en la espalda.No hemos dicho nada de los rodetes, esas dos grandes ruedas que flanquean el rostro. Pues bien, creo que, si hacemos corresponder a un cilindro el volumen que comprenden ambas estructuras y la cara de la Dama, habremos acertado de lleno. De lado veríamos una de sus bases circulares y de frente, sólo un rectángulo.En general podríamos decir, quizá toscamente, que la Dama de Elche intenta ocupar el volumen de una figura geométrica irregular, que describiríamos como el de una pirámide de eje oblicuo y de base en forma de trapecio, en la que la altura de la misma coincide con la apotema del triángulo de la espalda. Además, esta figura llevaría incrustado un cilindro que correspondería a la zona de los rodetes”.
Francisco Vives. "La Dama de Elche en el año 2000. Análisis, tecnológico y artístico". Ed. Tilde. Valencia.
La policromía, de la figura con sus colores característico rojo-amarillo y azul, así como la geometría de esta figura en forma de pirámide o triángulo, quizá nos desvele los misterios de su verdadera función dentro del culto y rituales de la antigua iberia que sus pobladores más antiguos intentaron representar.
La Dama de Elche o “la Reina Mora” como la definieron sus descubridores el 4 de agosto de 1897. Los obreros de la finca del doctor Campello que estaban realizando el desmonte de la ladera sureste de la loma de La Alcudia, con fines agrícolas. Según la leyenda local, Manuel Campello Esclápez, “Manolico”, un chico de 14 años (este dato discrepa con su certificado de nacimiento) y que ayudaba en las tareas, fue el descubridor. Usando el pico de Antonio Maciá, uno de los jornaleros y aprovechando un descanso de los jornaleros, empezó a excavar y descubrió la figura que esconde dentro de si muchos misterios.
La policromia de la Dama de Elche nos desvela los colores en que originariamente fueron pintados.
Geometria de la dama de Elche según el estudio del profesor Francisco Vives
Dama de Elche en su estado actual expuesta en el museo Arqueologico Nacional de Madrid. Texto escrito en 1897 por P. Ibarra acerca el descubrimiento de la Dama de Elche (Archivo Municipal de Elche, Alicante) “Grandioso hallazgo en la Alcudia. Cavando al mediodía de la loma, para arreglar unos bancalitos donde van a plantarse granados y a una distancia de 50 metros al interior de este a oeste, al pie mismo de la eminencia, se ha encontrado una magnífica cabeza mujeril, de piedra arenisca, tamaño natural, en perfecto estado de conservación. La escultura alcanza hasta el seno que enriquece hermoso collar. La cabeza ostenta regio tocado caracterizado por una tiara a usanza egipcia y dos como rodetes a las bandas. La estoy estudiando”
Jose L. Navarrete Grima “El Eco de la Historia”. Marzo 2014.