Estos restos de los que sería el antiguo puerto romano de Tarraco y la fuente monumental que formaba parte de la fachada marítima se encuentran hoy en una zona ajardinada, el Jardín Vapor, que se ha convertido en un nuevo punto turístico de la ciudad.
Los restos pertenecen a un antiguo puerto que ya utilizaban los íberos en el siglo V a. C., uso que también le dieron los romanos a partir del siglo II a. C., por lo que fue el primer puerto romano de la ciudad, hasta la construcción de otro puerto en la segunda mitad del siglo I.
Entre una colina de 79 metros de altura y la desembocadura del río, que hoy llamamos Francolí, y que los romanos e íberos llamaron Tulcis, se extendía una amplia bahía que los iberos utilizaban ya como puerto en el siglo V a. de C.
Los romanos en su asentamiento en la Península utilizaron esta zona como puerto ya desde el siglo II a. de C.
Posteriormente, el espacio fue adquiriendo un aspecto monumental con la construcción de una gran fuente de planta circular con un pequeño estanque rodeado de seis columnas toscanas como podemos ver en la imagen. La fuente recibía el agua con una cascada a través del techo. Probablemente toda esta zona de la antigua Tarraco se surtiría del suministro de agua del enorme lago de agua dulce que recientemente fue descubierto en Tarragona y que tiene su entrada por un parking cercano a este conjunto recientemente descubierto.
El puerto de Tarraco fue posteriormente uno de los más importantes del Mediterraneo, después del de Ostia, y lugar de donde salían multitud de mercancías desde Hispania con destino la capital del Imperio. Abajo la imagen de la maqueta de la antigua ciudad romana de Tarraco donde podemos apreciar su puerto.
El objetivo de este Jardín del vapor es que se convierta en un nuevo polo de atracción para los turistas. Se encuentra entre las calles Vapor y Ferrer i Duran, en la parte inferior de unas escaleras mecánicas que conectan el barrio de la Part Baixa de Tarragona con el centro.
J.L.N.G. "El Eco de la Historia" 
2017.
