Hace 2500 años, nacía en Tracia un filósofo y científico teórico griego. Abdera era un próspero puerto marítimo en la antigua Grecia y el lugar donde nació Demócrito hacia el año 460 a.C.
Fue reconocido como el padre de la ciencia moderna, ya que sus trabajos sirven de base en el actual conocimiento de la materia que compone el universo. Su ética se basó en el equilibrio interior que se conseguía a través del control de las pasiones por medio del conocimiento y la prudencia.
Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa.
Nació en el seno de una familia acomodada y fue educado por magos persas (sacerdotes cultos de los que se decía que mandaban en las Parcas “personificaciones del destino que controlaban el metafórico hilo de la vida de cada mortal e inmortal desde el nacimiento hasta la muerte”) .
Los Magos eran sacerdotes orientales maestros del ocultismo en cuyo linaje se conservaba la antigua sabiduría, con ellos había viajado a Egipto y Babilonia. En sus viajes por el Este en lo que hoy llamamos el antiguo "Oriente Próximo" aprendió muchísimo, no sólo estudió con los magos, estudió con los caldeos, conocidos por su sabiduría y erudición mágica y misteriosa.
En sus viajes y contactos con esas gentes de las que se decían tenían conocimientos misteriosos, Demócrito el joven filósofo y matemático concibió una teoría radical sobre la materia del universo. Según esa teoría, plantas, piedras, personas, incluso el Sol estaban hechos de la misma substancia, unas pequeñas partículas que él llamó “Átomos”.
Desarrolló una teoría temprana del átomo, una teoría adelantada, según la cual todo en el universo está formado por unas partículas muy pequeñas e indivisibles, ya que la palabra átomo en griego significa inseparable.
Él mantenía que existía una partícula fundamental aunque no podamos verla, esa fue su teoría o la teoría filosófica de la antigua Grecia mucho antes de la aparición de la ciencia actual. Hablaba de átomos y resulta sorprendente lo cerca que estuvo de nuestros conocimientos actuales, estaba motivado por la idea de que si dividimos un cuerpo en trozos, los fragmentos seguirían teniendo las mismas propiedades, por eso hizo un experimento mental; “si divido algo cada vez en fragmentos más pequeños, acabaré obteniendo el fragmento más pequeño, el átomo, el que da las propiedades a la materia”. Esa, actualmente es nuestra idea actual de la materia, las partículas más pequeñas son los protones, neutrones y el electrón que constituye el átomo.
Lo que Demócrito supuso hace 2500 años, se parece extraordinariamente al modelo estándar de la física actual... Pero; ¿cómo pudo un matemático de hace 2500 años haber conocido el átomo y las fuerzas que lo gobiernan?.
La clave quizás esté en sus escritos, donde propuso que “existen muchos mundos y que esos mundos contienen vida...” Quizá él nos estaba dando una respuesta a lo que entendemos por universos paralelos o multiverso. Algunos de los cosmólogos actuales creen ya que nuestro universo es uno entre muchos.
El propio Demócrito afirmaba que se comunicaba con lo que él creía que eran “mundos paralelos”, a veces ponía en práctica esa creencia yendo a ver muertos para recibir lo que él entendía por “voces” e información para predecir el futuro. Se describen narraciones de Demócrito con poderes mágicos, controlando el tiempo, prediciendo desastres naturales. Quizás esas supuestas prácticas y conocimientos las adquirió de esos magos y sacerdotes de Egipto y Babilonia con los que tuvo contacto.
Aseguraba que todos los seres vivos se desarrollan a partir del cieno primitivo que resultaba por los efectos del calor, que el fuego se encontraba estrechamente vinculado con la vida y que los átomos del fuego y los del alma son de naturaleza muy parecida, con la única diferencia de ser más pequeños y redondeados que los demás. Su ética se basó en el control de las pasiones por medio del conocimiento y la prudencia. Su arjé o conocimiento los átomos a los cuales eran su esencia, ya que para él cada cosa tenía su propia construcción a partir de ellos. Para él eran las piezas fundamentales de todo lo que nos rodeaba, fuera vivo o muerto.
Planteó la existencia de un tipo de bien supremo al que llamó alegría, el cual estaba relacionado con la habilidad de disfrutar de la vida.
Nada existe excepto átomos y espacio vacío; todo lo demás son opiniones.
Toda la tierra está al alcance del sabio, ya que la patria de un alma elevada es el universo.
Demócrito Siglo V a.C
J.L.N.G. “El Eco de la Historia” Junio 2019