La etimología de la antigua Tarraco (Tarragona), situada en una región habitada por pueblos iberos todavía permanece sin esclarecer (kessetanos o cosetanos, ilercavones, laietanos) formaron parte de algunos de esos pueblos en su provincia.
Algunos expertos mantienen o han asociado el nombre a la ciudad romana de Terracina y otros sin embargo la identifican con Cosse, Cesse(Kesse antiguo poblado ibero anterior al asentamiento romano) o Cissa, por pertenecer al pueblo de los corsetanos (cosetanos o Kessetanos) y haberse descubierto algunas monedas que hacen referencia a esos nombres. La primera noticia sobre Tarraco la ofrece Avieno en su poema Ora Maritima. Al describir la costa sur de cataluña, después del cabo de Salou, Avieno habla de Callipolis situada en la actual playa de la Pineda en Vilaseca y donde termina el actual puerto marítimo de la ciudad. Muchas veces he pisado esas tierras donde las marismas se mezclan con la vegetación y el mar (actualmente muy degradada por la presión industrial petroquimica). La breve descripción de Avieno ha llevado a algunos historiadores a asociar Callipolis con la futura Tarraco (pero evidentemente Callipolis ya era habitada por pobladores iberos). Si esta identificación es correcta demostraría la importancia de la ciudad ya en el siglo VI antes de Cristo. Sin embargo, el nombre de Tarraco se menciona por primera vez en la segunda Guerra Púnica. En la república romana recibió el nombre de Colonia lulia Urbs Triunphalis Tarraco.
La descripción de Avieno dice así:
Después de todo esto se despliegan unos arenales durante muchísimo trecho, por los que antiguamente estuvo la ciudadela de Salauris (Los arenales son las playas de Rifà y Cambrils; Salauris, la ciudad, puerto y cabo de Salou) y en los que, también en otros tiempos, existió la primitiva Calípolis (Tal y como se describe, amurallada y en torno a una bahía con el calificativo griego de Kallípolis, "Ciudad Hermosa", sólo cuadra con Tarragona o un asentamiento anterior), aquella famosa Calípolis, que por elevada y enhiesta altura de sus murallas y los remates de sus techos se alzaba a los aires; la que, con la amplia extensión de sus hogares, abarcaba por los lados una bahía siempre rica en peces. Luego, la ciudadela de Tárraco (Tarragona ofrecía a la navegación una topografía y marca marina óptimas) y el deleitoso emplazamiento de las ricas Barcilonas (Descripción de Barcelona que corresponde a la época de Avieno y no al s. VI a. C.: una ciudad próspera, Barcino, situada en un llano enmarcado por dos ríos, el Llobregat y el Besòs, con la sierra de Collserola “Tibidabo” al fondo) , pues allá un puerto despliega brazos seguros y la tierra está siempre irrigada por aguas dulces.
Los iberos asentados en Tarraco mantuvieron contactos comerciales con los fenicios y los cartagineses de las colonias de la costa. En el siglo IV antes de Cristo quedó en el poder de Anibal, pero Tarraco entró en la historia definitivamente cuando en el año 218 a C. Publio Cornelio Escipión "El Africano" la convirtió en base de sus operaciones militares estableciendo allí un puesto fijo o campamento en el actual campo de Marte de la ciudad.
Con la participación administrativa de la Península Ibérica hecha por los romanos, Tarraco se convirtió en la capital de la Hispania Citerior. Esta circunstancia y su situación estratégica situaron a Tarraco entre las grandes ciudades romanas de la Peninsula e incluso su puerto comercial fue considerado después del de Ostia como uno de los principales del imperio.
El año 27 a. C. César Augusto, que vino a Hispania a dirigir la guerra contra los Cántabros (pueblos penisnsulares del norte peninsular con costumbres y tradiciones cetibéricas), residió en Tarraco debido a su mala salud. Augusto como César convirtió la Via Hercúlea en Via Augusta, que comunicaba Tarraco con Barcino (Barcelona), Dertosa (Tortosa), Saguntum (Sagunto) y Valentia (Valencia). El año 15 tras la muerte y divinización de César Augusto, los habitantes de Tarraco alzaron un templo a su honor, aunque hay o existen evidencias de que tal templo ya fuese construido con el emperador en vida si nos acojemos a la siguiente historia o leyenda:
En vida de César Augusto, Tarragona fué la primera ciudad del imperio Romano que construyó un altar en su honor. Así agradecían los tarraconenses los favores y honores con los que el César había enriquecido a Tarraco, como la concesión del título de Trinphalis y sobre todo por haberla elevado a la altísima categoría de capital de la provincia Citerior. Pero mira por donde un día, se les ocurrió a los patricios tarraconenses visitar el altar, y quedaron perplejos al contemplar una palma que había brotado del mismo altar dedicado al Divino Augusto. Para celebrar tan inusitado acontecimiento organizaron grandes festejos. Uno de ellos, puede ser el más relevante, fue la carrera de cuádrigas en el Circo, en la que participó el siervo de Flavio y Sempronio, Eutiques, ( auriga famoso de la ciudad y fuera de ella por su belleza varonil, juventud y audacia.El mismo Eutiques que a su muerte a los 22 años, nos dejó escrito en mármol, este testamento emocionante: "....Envidió mi juventud el cruel destino, aquel destino contra el que nada puede hacerse. Ni siquiera me ha concedido la gloria de morir en el Circo, donde el pueblo piadoso hubiera derramado lágrimas sobre mi cuerpo. Una ardiente fiebre me ha quemado las entrañas, me ha vencido la enfermedad que no ha podido frenar la medicina.Alfombra de flores, caminando, mi sepultura; quizás tú misma me aplaudías cuando vivía...") Los ciudadanos más relevantes de varias ciudades, viajaron a Roma para comunicar la aparición de la palma en el altar al venerable Augusto. Una vez ante él, le explicaron el maravilloso acontecimiento, con la esperanza de que el emperador se alegraría. César Augusto meditó durante unos instantes y lanzó una mirada llena de ira, y con gestos amenazadores les contestó:Esto significa que hacéis pocos sacrificios en mi altar! No habían pensado en ésa posibilidad y se fueron avergonzados de vuelta a su patria, con el encargo imperial de que cuando llegasen, acuñaran monedas con la palma en el altar, para deshonrarlos y escarmentarlos ante el resto de la gente. De aquí, que algunas de las monedas tarraconenses del tiempo de Augusto, lleven en el reverso una palma. Si alguien dice que esto es símbolo de triunfo, del cual disfrutaba la Colonia Iula Urbs Tarraco, no os lo creáis, son historias!!. En el siglo I Pomponio Mela cita a Tarraco como el puerto más rico y activo de la Costa, y bajo Augusto y Tiberio acuñó moneda. En el año 68 Galba, que vivió ocho años en Tarraco, se convirtió en el emperador de Roma. En el año 122 y 123 Adriano la visitó aportando en ella y dejando un símbolo de la cultura o aportaciones de esta , ya que tanto le gustaba a ese emperador barbudo hacer un giño a la sabiduría como los antiguos griegos. En 259 fueron ejecutados en su anfiteatro el Obispo Fructuoso (declarado más tarde santo por la iglesia católica) y los diáconos Augurio y Eulogio. La caída del imperio Romano y la invasión Visigoda marcaron el declibe de Tarraco como ciudad de relevancia en el Imperio, pero sus importantes restos, tanto en la ciudad como en sus alrededores, hicieron que fuese declarada Patrimonio de La Humanidad por la UNESCO en el año 2000. Actualmente aún siguen apareciendo restos romanos e Iberos en los alrededores de mi bella ciudad tarraconense. En los meses de Mayo podemos contemplar siempre y cuando los presupuestos y partidas municipales lo permitan al espectaculo Cultural "Tarraco Viva".
1/2/2014.
Maqueta de la ciudad romana de Tarraco en el siglo I
Acueducto de Tarraco o Pont del Diable muy cerca de mi casa en Els Pallaresos Preciosa tarde de disfrute en el acueducto de Tarragona..."Tarraco, civitas ubi ver aeternum est." Así definió el emperador Adriano a la actual capital de la comarca del Tarragonés. Es una frase que sirve de hilo conductor en el audiovisual que se proyecta en el Museo Arqueológico Nacional de la ciudad, en cuya fachada, por cierto, se puede leer otra frase, en esta ocasión de Plinio el Viejo: Tarraco Scipionum opus. El fragmento concreto de Plinio es: Regio Cessetania, flumen Subi, colonia Tarracon, Scipionum opus, sicut Carthago Poenorum. Regio Ilergetum, oppidum Subur, flumen Rubricatum, a quo Laeetani et Indigetes.
RELOJ SOLAR DE TARRACO (Tarragona) SON LAS DIEZ Y PICO, PERO MI RELOJ MARCA UNA HORA MÁS, ¡QUE TRISTE!!!
La puerta triunphalis del circo de Tarraco, lugar por donde pasaron diversos aurigas venidos de todos los puntos del imperio Romano. De entre los más famosos cabe destacar los dos que eran originarios de la ciudad Fuscus, pero sobre todo el bello Eutyches.Entre las inscripciones de Tarragona se encuentran dos losas sepulcrales de aurigas del circo. Las dos están escritas en verso. Una de ellas menciona a Eutyches, que murió a los 22 años, no en el glorioso hipódrómo como era su deseo, sino en la cama, de pérfida enfermedad. La otra alaba a un tal Fuscus, elevándose al final hasta la redundante exclamación redactada en griego: "De tus triunfos habla la Eternidad". En la antigua Tarraco se celebraban diversos actos o festejos en honor a los diferentes emperadores, en uno de ellos, la carrera de cuádrigas en el Circo, en la que participó el siervo de Flavio y Sempronio, Eutyches, ( auriga famoso de la ciudad y fuera de ella por su belleza varonil, juventud y audacia. Eutyches que a su muerte a los 22 años, nos dejó escrito en mármol, este testamento emocionante: "....Envidió mi juventud el cruel destino, aquel destino contra el que nada puede hacerse. Ni siquiera me ha concedido la gloria de morir en el Circo, donde el pueblo piadoso hubiera derramado lágrimas sobre mi cuerpo. Una ardiente fiebre me ha quemado las entrañas, me ha vencido la enfermedad que no ha podido frenar la medicina. Alfombra de flores, caminando, mi sepultura; quizás tú misma me aplaudías cuando vivía...")
Busto de Adriano expuesta en el museo Arqueológico de Tarragona. Bajo el emperador Trajano fue nombrado patrón de la ciudad el senador Lucio Licinio Sura. Sura provenía de la Tarraconensis y alcanzó los más altos cargos del Estado. Probablemente, en el invierno 122-123 d. C. Adriano visitó la ciudad y celebró en ella un conventus para Hispania. Además, se reconstruyó el templo de Augusto. Con el final del siglo II comenzaron en Tarraco claras dificultades económicas. Se construyeron pocas estatuas en honor de la ciudad, probablemente debido a la falta de financiación. Publio Elio Adriano (Itálica o Roma,1 24 de enero de 76 – Bayas, 10 de julio de 138), conocido oficialmente durante su reinado como Imperator Caesar Divi Traiani filius Traianus Hadrianus Augustus, y Divus Hadrianus tras su deificación, comúnmente conocido como Adriano, fue emperador del Imperio romano (117–138). Miembro de la Dinastía Ulpio-Aelia y tercero de los cinco emperadores buenos:, y segundo de los emperadores hispanos durante su reinado el Imperio alcanzó la mayor extensión territorial de su historia (125). Adriano destacó por su afición a la filosofía estoica y epicúrea. De acuerdo con la Historia Augusta el emperador escribió un poema en su lecho de muerte: Animula, vagula, blandula Hospes comesque corporis Quae nunc abibis in loca Pallidula, rigida, nudula, Nec, ut soles, dabis iocos... P. Aelius Hadrianus Imp. Pequeña alma, blanda, errante Huésped y amiga del cuerpo ¿Dónde morarás ahora Pálida, rígida, desnuda Incapaz de jugar como antes...? Hacia 110-111, viajó a Grecia. En Atenas conoció tal vez al filósofo estoico Epicteto, con quien le uniría en adelante una gran amistad. El contacto directo con la cultura griega causó a Adriano una gran impresión. Es posible que por entonces adquiriera la costumbre de dejarse la barba, inusual entre los nobles romanos, pero frecuente entre los griegos. Su amor por la cultura griega queda patente en el hecho de que se convirtiera en ciudadano ateniense, e incluso llegara a desempeñar el cargo de arconte, al que muy pocos romanos habían accedido con anterioridad.
Tarculum o columbario situado muy cerca de mi pueblo concretamente en Vilarodona. Seconocen con el nombre de "columbario" a los nichos destinados a contener las urnas cinerarias en los sepulcros de familia de los romanos. La palabra columbarium significa propiamente palomar y de su similitud con los palomares proviene este término. Estos sepulcros colectivos fueron construidos ordinariamente de forma cuadrangular, con partes salientes sobre cada frente, las unas cuadradas y las otras en hemiciclo. En el interior de las paredes se encontraban una multitud de pequeños nichos de forma semicircular, y redondeados a manera de bóveda en la parte superior, exactamente como los nichos de un palomar. Estos nichos estaban dispuestos en líneas horizontales, separadas por un cimacio. El número de los pisos difería según la altura de las bóvedas, pero era muchas veces de ocho o nueve. En este caso, encima de las cinco primeras hileras, dominaba un ancho entablamento, formando galería, para facilitar la aproximación de los nichos más elevados. Cada nicho contenía una y algunas veces dos urnas cinerarias embutidas hasta su orificio en sentido opuesto desde la entrada del nicho. Una plancha de mármol, sobre la cual estaban grabados el nombre y la cualidad del muerto, se fijaba por dos clavos de hierro o de acero encima del nicho. Con frecuencia las tumbas de este género, notables exteriormente por sus vastas proporciones, se distinguían en el interior por una ornamentación lujosa, por el mármol que se extendía en el suelo, por el estuco que revestía la bóveda, ricamente pintada o esculpida. En Roma se encuentran muchos de estos sepulcros y florecieron en todo el imperio.
MI GRAN CESAR AUGUSTO MIRANDO AL MAR MEDITERRÁNEO EN MI CIUDAD NATAL. En vida de César Augusto, Tarragona fué la primera ciudad del imperio Romano que construyó un altar en su honor. Así agradecían los tarraconenses los favores y honores con los que el César había enriquecido a Tarraco, como la concesión del título de Trinphalis y sobre todo por haberla elevado a la altísima categoría de capital de la provincia Citerior. Pero mira por donde un día, se les ocurrió a los patricios tarraconenses visitar el altar, y quedaron perplejos al contemplar una palma que había brotado del mismo altar dedicado al Divino Augusto. Para celebrar tan inusitado acontecimiento organizaron grandes festejos. Uno de ellos, puede ser el más relevante, fue la carrera de cuádrigas en el Circo, en la que participó el siervo de Flavio y Sempronio, Eutyches. Los ciudadanos más relevantes de varias ciudades, viajaron a Roma para comunicar la aparición de la palma en el altar al venerable Augusto. Una vez ante él, le explicaron el maravilloso acontecimiento, con la esperanza de que el emperador se alegraría. César Augusto meditó durante unos instantes y lanzó una mirada llena de ira, y con gestos amenazadores les contestó:Esto significa que hacéis pocos sacrificios en mi altar! No habían pensado en ésa posibilidad y se fueron avergonzados de vuelta a su patria, con el encargo imperial de que cuando llegasen, acuñaran monedas con la palma en el altar, para deshonrarlos y escarmentarlos ante el resto de la gente. De aquí, que algunas de las monedas tarraconenses del tiempo de Augusto, lleven en el reverso una palma. Si alguien dice que esto es símbolo de triunfo, del cual disfrutaba la Colonia Iula Urbs Tarraco, no os lo creáis, son historias!!. Esta obra escultórica fue realizada por el artista Joan Rebull i Torroja (Reus, 1899 - Barcelona, 1981)
Trabajos de recuperación de un mosaico en una antigua villa romana, en el podemos ver la practica de la pesca que en Callipolis ya la practicaban los Iberos y después los romanos.
http://www.lavozdelciudadano.com/index.php/11-navarrete/31-el-eco-de-la-historia-vi
Muñeca Articulada encontrada en la tumba de una niña en la necrópolis ibero-romana de la ciudad. Aŕe teike erdi Kese-esken eta aŕe teike Tarraco-esken. "...colonia Tarracon, Scipionum opus" (Plinio, Historia Natural, III. 21, 5) La ocupación romana de la Península Ibérica duró seis siglos y medio, desde aproximadamente 250 a C hasta 409 d C. En 218 a C, a comienzos de la segunda guerra púnica, los Escipiones, en su campaña bélica contra los cartagineses, llegaron al antiguo asentamiento prerromano conocido como Cesse "KESE", "KESSE"; población de la tribu ibera de los cessetanos o cossetanos, en cuyo territorio iba a fundarse Tarraco. En sus comienzos un praesidium militar, Tarraco alcanzó en 27 a C el rango de capital de la Provincia Hispania Citerior, también conocida como Tarraconensis, una de las tres provincias de Roma en tierras de Hispania, junto a la Bética y la Lusitania. Esta urbe, hoy Tarragona (Cataluña), es la más antigua fundación romana en la península. Desde el año 2000, el rico legado arqueológico romano y paleocristiano de Tarraco está incluido en el Catálogo del Patrimonio Mundial. Según la UNESCO, los restos romanos de Tarraco son de una importancia excepcional en el desarrollo de la planificación urbanística romana y sirvieron de modelo para las capitales provinciales en el resto del mundo.
RECUERDOS DEL PASADO DE TARRACO. EL ANFITEATRO. La ciudad de Tarraco contó con un anfiteatro ( de finales del siglo I dC o inicios del siglo II), localizado fuera de las murallas, aprovechando una colina natural junto al mar. Este edificio, de forma elíptica, tenía una capacidad para unos 14.000 espectadores, colocados jerárquicamente en las tres partes de las gradas de piedra (cavea), esculpidas sobre la misma roca ( en la parte norte) o sobre arcos de hormigón. Los días de juego, muy temprano, se reunía la ciudad, para disfrutar de los espectáculos de cacerías de animales (venationes), de animales depredadores contra otro tipo de animales, o de fieras contra fieras, seguramente enemigo de un decorado sobre la arena, que reconstruía la vegetación de su lugar de origen. Hacia el mediodía se celebraban las condenas a muerte de los delincuentes, crucificados, quemados o lanzados a las fieras. En la tarde se concluía la jornada con la lucha de gladiadores (munera), mientras los seguidores de cada deportista realizaban sus apuestas. Si hacía mucha calor, se solía cubrir la gradería con un toldo o carpa (velum) de protección, a la vez que algunos esclavos mojaban a el público con agua perfumada de rosas para refrescar el ambiente. En recuerdo del sacrificio de los mártires cristianos se convirtió en lugar sagrado, de manera que aún se advierten los restos sobre la arena, de la iglesia visigoda y los grandes vestigios de la románica, Santa María del Miracle (milagro en catalán).
RECUERDOS DEL PASADO DE TARRACO. EL PRETORI. La torre llamada Pretori (pretorio en castellano) formaba parte de un gran conjunto monumental construido durante la época de flavio Vespasiano (69-96 dC), en la parte alta de la ciudad, el Concilio Provincial. Al proclamarse Tarraco capital de la Hispania citerior, el gobierno imperial decidió que la ciudad necesitaba un conjunto de edificaciones para cubrir las amplias funciones de una capital. Al haber de edificar en un espacio inclinado, los ingenieros decidieron estructurarlo en tres explanadas (o terrazas) escalonadas. Así, en la parte superior colocaron un recinto de culto, en una gran plaza presidida por un templo. En la intermedia, una plaza doble de grande que la anterior, contenía unas edificaciones en forma de “U” invertida con las oficinas de la administración provincial (el archivo, la hacienda, etc), la plaza de representación, embellecida por las esculturas del emperador y de los políticos locales en medio de cuidados jardines. En el ángulo inferior derecho de esta última plaza se encuentra el Pretorio, que era el espacio donde se instaló la caja de escaleras para acceder a los diferentes pisos de las oficinas. Por debajo del concilio provincial se extendía el circo, el edificio donde se hacían las carreras de cuadrigas de caballos y en donde los más famosos aurigas tomaban parte. En época medieval sirvió de torre de guardia, palacio real y sede del veguer de la ciudad. A partir del siglo XVI se convirtió en cuartel y depósito de materiales bélicos. Desgraciadamente, en 1813 las tropas francesas la destruyeron gran parte antes de la huida.
RECUERDOS DEL PASADO DE TARRACO. EL ARCO DE BARÁ Este monumento conmemorativo parece que se levantó en honor de Augusto (en el 15-5 aC), según puso en su testamento Lucio Luceni Sura. Simbolizaba una puerta de acceso al territorio de Tarraco, teniendo en cuenta que en aquel momento, el emperador construía la Vía Augusta que pasaba precisamente por debajo suyo. Un área tan extensa como la del dominio romano necesitaba de vías rápidas de comunicación, tanto terrestres, como marítimas, para el tránsito comercial y militar. En este contesto, se extendió esta vía, que unía Roma con Cádiz, a través de un camino de costa, que aprovechaba una ruta anterior. El Arco de Bará se asentaba sobre un potente podio, desde donde se levantaban las jambas (sujeciones laterales del arco) decoradas con cuatro falsos pilastras acanaladas (es decir parecen unas columnas muy planas con rayas verticales). Se corona con un arquitrabe (toda la parte superior, con una marcada disposición horizontal) el cual contenía una inscripción que nos informaba sobre el promotor de la construcción.
AHORA QUE HA COMENZADO LA TARRACO VIVA VOY A UTILIZAR ESTA MONEDA ROMANA DE MI CIUDAD. La cual está acuñada en honor del auriga de Tarraco (Triumphalis Tarraco Urbs), Lucius Minicius...“Lucius Minicius acudió en el año 129 a Olimpia, a competir con sus caballos en la 227ª Olimpíada, y consiguió el triunfo en la carrera de cuadrigas. Lucius Minicius se convirtió así en el primer campeón olímpico español, ya que, según está escrito en su testamento grabado en una columna que se conserva en el Museo Arqueológico de Barcelona, declara haber nacido en Barcino un día del mes de febrero del año 97.” Sin embargo en el antiguo mundo romano no se conocían o se plasmaba el nombre del ganador de las cuadrigas, sino el nombre del poseedor o el dueño de la cuadriga, así que no queda muy claro si Lucius Minicius fue el auriga o el dueño de la "Cuadrigae". En Tarraco eran conocidos los nombres de dos famosos aurigas estos eran Fuscus y Eutyches, y en los cuales se escribieron epitafios conmemorativos de sus victorias en forma de verso.
MI TRUBUNO DE LA PASADA TARRACO VIVA 2012 Y YO... Tribunus laticlavius: Tribuno de la orden senatorial, jefe supremo de los tribunos de una legión. Tribunus militum, pl. tribuni militum: Tribuno, oficiales al mando de una legión en la época republicana, y que pasaron a ser oficiales no profesionales adjuntos de un legado durante el imperio. Tribuni cohortes: Tribuno, oficial durante el imperio al mando de una cohorte. Tribulus: Arma defensiva para evitar cargas enemigas consistente en cuatro brazos de madera o metal con las puntas afiladas, y atadas de modo que cayese como cayese siempre se encontraba una punta hacia arriba. MI MEJOR TRIBUNO Y A SU VEZ TRIBULUS.
Momento de representación de formación de una Legión Romana la Lego VI fue muy considerada en Tarraco por Augusto y la IX. La Legio IX Hispana probablemente fue reclutada hacia el 60 a. C. para colaborar en las campañas de pacificación de la provincia Galia Narbonense atacada por los alóbroges.
Dedicado a mi amigo, mi tribuno Publio Emilio Camilo servidor de Roma y del emperador Augusto. También dedicado a mi amiga y escritora creadora de este personaje Anastassia Espinel Souares.
¡Salve Publio...!tu espíritu siempre estará en tus seguidores, en los que como yo tuvimos la suerte de leerte, de conocer tus aventuras, de deleitarnos con los paisajes de esos lugares que visitabas...te envidiamos porque viste con tus propios ojos la misteriosa ciudad de Ubar, porque conociste la Candace, la reina Nubia, porque aprendiste en el Museidon y pudiste leer los pergaminos de Alejandria. Porque viviste aventuras en la Ruta del Incienso. Porque conociste incluso la voracidad de los leones...porque nos hiciste soñar con tus aventuras que quedarán en la eternidad recogidas en letras de tinta y hojas de celulosa...pero sobre todo yo te conocí gracias a la insistencia de tu fiel amigo Decio Rufino y porque una genial escritora tuvo la suerte de coincidir en esta vida, en esta época conmigo Anastassia Espinel Souares...hablar. y compartir contigo fue como utilizar una máquina del tiempo y poder interactuar con un auténtico romano, un legionario un tribuno de mi admirado Augusto, el más grande de todos los emperadores que ha dado Roma. En el Hades o en Germania, estarás siempre entre nosotros, ¡no te olvidaremos!!!!
J.L.N.G. "El Eco de la Historia" Febrero 2014