Hace escasamente unos días, publicaba una foto en las redes sociales donde hacía insistencia en lo triste que me parecía la diferencia horaria respecto al sol, en la parte mediterránea de la península donde vivo.
Por entonces, Horario de invierno, sólo había una diferencia horaria de algo más de una hora. Hoy debido al cambio horario, en el que nos regimos por el calendario de verano, esa diferencia ha pasado a ser más preocupante, ya que respecto al sol en mi Tarraco o Tarragona natal es de algo más de dos horas.
Como buen íbero que soy, mi culto a la máxima de mis deidades Baelisto (deidad celtíbera que significa el más brillante) debería de ser respetado como cualquier otra religión. Sin embargo más que respeto a esta vigilia y fiesta de guardar de “mi particular religión” , se nos martiriza por una imposición, que viene heredada en España desde la época fascista donde el Generalísimo para sus contiendas, quería sincronizar la hora Española
con la de la “Alemania Nazi”. El origen del cambio está en que “Franco adelantó los relojes en 1942 para alinearse con Alemania como gesto de simpatía hacia Hitler”. Pero en Alemania ese horario es correcto, porque coincide con las horas solares en invierno, mientras que existe una hora de diferencia en verano. En España esa diferencia entre hora solar y hora oficial es exagerada y mucho más en verano donde es de más o menos dos horas (dependiendo de la latitud meridional).
Quizás esto nos tendría que replantear si el cambio de horario habría que mantenerlo en verano, si tenemos en cuenta la crítica internacional que constantemente se nos hace desde Europa con respecto a la tardanza en comidas y cenas respecto al resto de Europa.
No hace mucho el Washington Post publicaba esto:
“El problema, según el estudio, es que los españoles continúan trabajando hasta el final de las horas de luz natural a pesar de que llegan al trabajo una hora antes, en el horario central. En otras palabras, su horario de sueño se sincroniza ‘artificialmente’ con el horario central, pero sus horas de trabajo se sincronizan con la luz del día. Estas jornadas de trabajo extralargas dan lugar a algunas peculiaridades culturales divertidas, como las cenas a las 21 horas y las dos horas para comer.
Pero también significa que la gente se queda despierta hasta tarde y que se despierta más temprano de lo que les corresponde – de ahí la constante sensación de desfase horario. También por ese motivo los españoles pasan más tiempo fuera de casa, cuestión especialmente complicada para las mujeres que trabajan fueran de casa y además dentro”.
Así pues, ¡qué triste parece todo!, cuando miras tu reloj solar de referencia, que apunta hacia el sol del horizonte mediterráneo y ves que dos horas de diferencia existen entre lo natural y lo artificial. Baelisto perdona a este pobre ibero que conoce su cultura ancestral, pero desconoce o no entiende al hombre moderno...
J.L.N.G “Ibero hasta la muerte”.
Kalli-Kesse-Tarraco- Tarragona actual 26/3/2017 (día del cambio horario de verano)
Baelisto:Dios ibérico. Su nombre significa "el más brillante" o "el más blanco". Es representado en los colores "rojo y amarillo", significando el calor y el fulgor del sol.
Su nombre significa "el que hace aparecer la luz”. Identificado generalmente con el primero de los soles, llamado Dictis en otros lugares, es el dios de la pureza ritual, de las artes y las ciencias. Enamorado de Frouida, la persiguió por los cielos, pero ella prefirió arrojarse desde las alturas. Ciego de ira al ser engañado por Endovëliko, que había robado su arco, símbolo del poder distante pero certero, construyó uno nuevo y propagó la peste entre los habitantes de la región donde se ocultaba la ninfa. Dotado del don de la sabiduría por haber sido herido con el asta de Kernunnos, conoce el futuro y preside por ello los santuarios de los oráculos. También está vinculado a Lug dios del sol o el que hace aparecer de nuevo cada día la luz. El padre de ambos podría ser Yaincoa dios de las montañas o al que se le atribuye la creación del mundo.
J.L.N.G. "Historias en la historia" (Cap I). Una de íberos- Los símbolos- © T- 0357-2014
